Los peces en el río
Como en la peor escena apocalíptica, uno de los afluentes hídricos más vivos e importantes de Guatemala, agoniza ante nuestros ojos. El río La Pasión en Sayaxché, Petén, y más de 17 comunidades aledañas que viven de esa fuente de agua y alimento, se han perjudicado por el veneno que aseguran proviene de una de las industrias de monocultivo de Palma Africana. La contaminación se hizo evidente con la mortandad de miles de peces, tortugas y crustáceos, registrada río abajo desde las lagunas de oxidación de la procesadora número dos de REPSA, Reforestadora de Palma del Petén, S.A. del grupo Hame, encargados de hacer el aceite Olmeca.
La polución avanza a tres kilómetros por hora, y lleva ya cientos de kilómetros de muerte y destrucción. No es la primera vez que esto sucede en el área. Existen denuncias previas de vecinos quienes aseguran que las copiosas lluvias de los últimos días han desbordado las lagunas de oxidación de la fábrica, contaminando el caudal del río La Pasión con Malation, un potente insecticida que vuelve tóxica el agua de consumo humano.
Miles de empresas en Guatemala usan los ríos como si fueran sus basureros privados. Casi todas las fuentes de agua en algún punto de su recorrido reciben toneladas de contaminantes de cualquier tipo: sobre todo desechos químicos e industriales. Esto también es corrupción, abuso, y es imperdonable.
El agua es un recurso humano fundamental para la vida, es la sangre de la madre tierra. No es justo que la avaricia de las empresas acabe con la salud del planeta. Es un delito contaminar. Queremos ver presos.
Fotos de Emisoras Unidas y Prensa Libre.
Autor: Lucía Escobar
Fuente: Las Otras Luchas